viernes, 1 de noviembre de 2013

Léanme wey.

Va a haber un traslado.
Así.
Por toda la cara.
Porque sí bueno en realidad no es porque sí hay más cosas pero que blah blah blah
Así que supondré que el que lea esto y me haga un mínimo caso será gente que sigue la historia de forma activa que como es tan activa la escritora también c:
Y eso.
Que es un cambio de URL, nada más, lo demás es todo igual.
Este blog no se va a borrar porque no estoy como administradora gracias Yaiza.
Pero sí me puedo eliminar a mí misma de él, así que... Es lo que voy a hacer ahora mismo.
Que aquí tenéis el nuevo link o lo que sea, nada más.

http://snowflakes-kame.blogspot.com.es/

He intentado hacer lo posible para que el diseño fuese igual que el anterior pero como que soy tan manca que no he podido conseguir mucho Q___Q

Bye nee~~ >u<

sábado, 28 de septiembre de 2013

Capítulo 3

7:30 / Hora del desayuno / Despacho de Ludivine
Amaneció, bueno, entre comillas, pero las tres jóvenes ya estaban en pie con sus respectivos uniformes y totalmente arregladas, e incluso peinadas. Diamante se había hecho sus dos coletas, Abril se había recogido el pelo en una coleta alta que dejaba escapar algunos mechones y había organizado un poco su flequillo con horquillas, y aquella otra chica … Qué bien olía, sí, también tenía sus rubias capas peinadas, que contrastaban con las negras cejas, pero… ¿de verdad podía ser ese su olor corporal? Fuera como fuese, a su pequeño gato negro, que dormía en su regazo mientras era acariciado,  parecía agradarle.
La directora bajó las manos y abrió los ojos, al parecer ya había meditado lo suficiente, aunque en realidad eran aquellas niñas quienes debían hacerlo. Tras unos cinco minutos pensando, ya se le había ocurrido su castigo, lo más probable es que se lo pensasen dos veces antes en futuro salir a merodear por la escuela fuera de los horarios que les correspondía a cada una.
-¿Podéis explicarme qué hacíais fuera de vuestras habitaciones?- preguntó Ludivine, en un tono serio, demostrando que también podía ser muy formal.- Bleak, Sizeable, hablad.
-Y bien, astuta Sizeable, ¿dónde está Aly? Ya sabes, tu hermana pequeña, no tenemos noticias de ella desde hace un año.
Maldita Bleak, presumiendo de su poder.
-¡Por lo menos no hay ningún bastardo en la familia! Además de que todos estemos limpios, ¡ningún impuro tomará el mando!
Miserable Sizeable, recordándole con quién compartía sangre.
-¿Y bien?- insistió la mujer.
-¡Yo salí porque Blacky se escapó!- interrumpió la rubia, salvando así a las otras dos chicas, o al menos dándolas tiempo a pensar algo.- ¡Salió corriendo de pronto! Pero en verdad no quería hacer nada, ni siquiera sé cómo pudo irse de la habitación con la puerta cerrada, creo que algo la abrió o tal vez el viento la desplazaría, ¡pero prometo que no volverá a pasar nada parecido!
Diamante y Abril se miraron, ambas con el ceño fruncido, sin ganas de colaborar, pero una debía ayudar a la otra sí o sí, y rápido.
-Bueno.- la de pelo azul fue quién tomó la palabra, bastante decidida a arriesgarse.- En realidad a usted no le interesa por qué estábamos fuera, pero se ve obligada a preguntar. Estamos muertas de hambre y tenemos sueño, díganos el castigo y así terminamos antes.
Las dos chicas se quedaron mirando a Diamante, en definitiva tenía que saber qué estaba haciendo, porque hablarle así a Ludivine, o más bien la propia directora, era un gran acto de valor y coraje, o quizá de escasa cordura, como quisieras interpretarlo.
-Muy bien.- Ludivine señaló primero a Diamante.- Tú limpiarás el comedor.- después a la rubia.- Tú todas las aulas de la segunda planta. Y tú…- la mujer miró a Abril, en la tercera planta no había mucho que limpiar, y en la cuarta tan sólo se almacenaban cosas, la quinta servía para las reuniones, y era mejor no hablar de la sexta.- Tú te encargarás de todo el exterior.
Abril abrió los ojos sorprendida, ¿todo el exterior? ¡Moriría entre trapos! ¿Y por qué ella todo el exterior y no otras plantas? ¡Eso era una injusticia! ¡O al menos que la ayudasen!
-Podéis ir a desayunar.- anunció la directora, volviendo a unir los dedos de las manos para después apoyarse sobre estos.- El castigo dura una semana, así que espero que os lo penséis bien la próxima vez.

Las tres chicas bajaron al comedor entre miradas de fastidio silenciosas, bueno, en realidad la rubia acariciaba a su gato mientras las otras dos luchaban contra sí mismas por no empezar a gritarse.
-Yo soy Eyra.- la joven sonrió para después colocarse el gato a la espalda, como los piratas llevaban a los loros.- Eyra Blackcat.
Abril y Diamante se miraron y alzaron una ceja, para después presentarte también, aunque tan sólo tenían intenciones de llegar al comedor lo antes posible. Abril quería reunirse con su hermano, y Diamante contarlo todo sobre la noche anterior, obviamente exagerándola, e incluso inventándose la mayor parte con total de ensuciar el nombre de los Sizeable y el propósito de quedar bien.

7:50 / Hora del desayuno / Comedor de Kiderman
Así que ahí estaba su hermana, daba igual, estaría bien con aquellas nuevas amigas que se había hecho al instante, se la veía bastante divertida con ellas, aunque su arrogancia hubiese aumentado de una forma considerable por lo menos no estaba sola. Y él tampoco, no le había costado encontrarse su gremio, para ser honestos, todos los personajes de la historia van a estar juntos, así que, resumiendo, estaba con la mayoría de los chicos. Siempre le había gustado pertenecer a un grupo, cuando su padre le dejaba salía a jugar con los niños de la calle, por lo que pasaba en la plaza la mayor parte del día en realidad. Pero luego llegaron los entrenamientos y el primer Torneo.
-¡Pillad!
-¿Qué?
Charlie se las apañó para lanzarles una manzana a cada uno con ambas manos y sonrió al ver cómo Dhian salía de su mundo y hacía amaños sorprendido para cogerla sin que cayese al suelo rodándola por  su torso mientras que el chico flameante la había cogido al vuelo sin preocupación alguna.
-El señorito Bleak está en su mundo ~
Las cinco personas restantes se giraron hacia la que acababa de hablar, ¿y ese chico quién era…? No recordaban haberlo visto en ninguna clase, y parecía de su edad, debería estar en un horario diferente a todos los demás, ¿pero qué hacía acoplándose a ellos? ¿Y por qué demonios les conocía?
-¿P-Por qué me miráis así?- vaciló si mirar a la fila de la derecha o a la de la izquierda y bajó la mirada con timidez.- Creo que será mejor que me presente o al… ¡Pero si es un Sizeable!- el chico se inclinó sobre Brad mirándole con sus grandes y grises ojos ilusionado.- ¡No me lo puedo creer!
Charlie miró a Flarge, que se encontraba frente a él, sin saber muy bien qué estaba pasando allí, recibiendo una respuesta con gestos de manos que decían que después se lo explicaría, eso de venir del Mundo No-Mágico le dejaba un tanto fuera de lugar.
Dhian alzó las cejas al ver cómo el extraño se echaba sobre Brad tras haber dicho su apellido, sólo le faltaba mencionar al sexto acompañante para afirmar que pertenecía a algún lugar cercano a Kiderman.
-¿Nos… conocemos?- preguntó el castaño echándose disimuladamente un poco hacia atrás, molesto por la cercanía de aquel desconocido, los Sizeable eran conocidos, pero no por todos.
-¡Pues claro que sí!- rechistó como un niño pequeño dejándose caer de nuevo a su sitio.- ¡Os habéis olvidado de mí! ¡Cómo podéis haber hecho algo así!
-Yo no.- el sexto alzó la palma de la mano a la altura de su pecho a modo de saludo y sonrió.- Cómo me voy a olvidar de Jake.
-¡Jake!- gritaron Brad y Dhian a coro al acordarse de aquel chaval, dejando a Flarge y Charlie a un lado, cosa que no les importó, pues estaban cuchicheando desde hace rato.
-¡Lucas Hazard!- Jake se echó a sus brazos y se acurrucó en su pecho.- Lu-Cas~
¿Cómo podrían haberse olvidado de aquel chico? De Jake. Lo pasaban bien cuando se veían cada año, pero ya habían pasado… ¿cuánto tiempo? ¿Tres Torneos? Brad se levantó de su sitio y corrió a unirse al abrazo colectivo mientras Dhian les miraba sonriendo de lado, había algo familiar en aquella escena… Ya la había visto antes, en algún lugar de sus recuerdos se encontraba aquel abrazo, aquel sabor a manzana, el tintineo de la vajilla siendo utilizada, un olor a carne siendo preparada…
-¡Hey! ¡Heeeeey! ¡Chicos, no os habréis olvidado de mí! ¿Verdad?
-Yo no.- Lucas sonrió y correspondió al ataque-abrazo de Jake.
-Luuuucas, Lu-Cas~
-¡Jake!- el tercer niño se tiró sobre ellos también y rió.- Vamos, Dhian, únete tú también, ¡no seas malo!- refunfuñó como alguien de diez años, que, básicamente, él era ese alguien.
-¿Y-Yo? ¿Para qué?- le dio un bocado a la manzana que llevaba en la mano y apartó la mirada hacia los puestos de golosinas y dulces.- Podemos ir después a comprar algún regaliz o…
-¡Cállate!- Jake se soltó de Lucas y Brad y corrió hacia Dhian, para después lanzarse sobre él y abrazarlo con fuerza.
-P-Pero… t-tranquilo… N-No me ahogues, por favor.- pidió echando la cabeza hacia atrás para intentar coger aire.
Jake se separó de nuevo y miró a sus tres amigos sonriendo, les había echado bastante de menos, adoraba aquella época del año, grandes montañas de comida, bebidas de todos los sabores, el año pasado Lucas encontró una que sabía a uva, aunque era bastante oscura y tenía un olor un tanto amargo, pero según la etiqueta era esa fruta, así que se lo poco que bebió lo escupió al instante, rociando a los demás, ¿cómo se llamaba? ¿Vino? ¿Cómo podían tomar eso sus padres? Pero no era sólo bebida y comida, lo más importante de todo era el Torneo, venía gente de todo tipo sólo por competir, y todos eran muy buenos, aunque nunca pudiesen ver los Juegos de la Noche se conformaban con estar juntos los cuatro cada año, al fin y al cabo, lo único que les importaba en aquellos momentos era estar con sus amigos.

13:30 / Aula de alquimia
-¿No saben que estás aquí?
Negó y se cubrió medio rostro con el pañuelo que les habían dado para después seguir mezclando el contenido de cada tarro, esencia con materia, sustancia con elemento y todo saldría bien, o al menos la explosión sería pequeña. Desde el último castigo había empezado a tener más cuidado con lo que mezclaba en clases de alquimia y cómo debía pronunciar los hechizos, no le apetecía volver a quitar la nieve del primer tejado, ni caerse otra vez de él.
-¿Y por qué no dices nada? Son tus herm… ¡Mierda, las hojas de laurel!- se apresuró a coger dicho ingrediente y echó la cantidad que le correspondía en el caldero para después remover la mezcla como dictaba el libro.- Bueno, el orden de los factores no altera el producto… Supongo.
-Dudo que les apetezca mucho verme.
-¿Te puedes llevar bien conmigo que soy un Hazard y no con tu propia familia? Eso es muy tris…
-Nuestros hermanos pequeños se llevan bien, así que lo que acabas de decir no tiene mucho sentido.
-Bueno, pero… Después de la disputa entre familias no pensé que todo fuese a seguir así como así.
-William…- el chico se apartó el pañuelo y clavó sus castaños ojos en los iris oscuros y grisáceos de su amigo.- Vosotros os unisteis, y nosotros nos rompimos. Aunque los Sizeable sean amigos de los Hazard, nunca más lo seremos entre nosotros.

17:40 / Hora de estudios / Biblioteca
Siseó para llamar la atención de su amigo y después le tiró un trocito de papel, Charlie lo cogió y después dirigió la vista a Flarge, quien sonreía esperando a que abriese la notita, el hecho de estar en una biblioteca no les iba a impedir hablar.
Las rosas son rojas, las violetas son azules, ¿te gusta Vanessa?
¡¿Pero eso qué era?! Charlie le miró bastante ruborizado y respondió en el mismo papel, para después tirárselo.
¿Pero a qué viene eso ahora? Haz el favor y termina la tarea de idiomas que me tengo que copiar de alguien después.
Así que eso es un sí, ¡lo sabía~! A Charlie le gusta Vanessa, a Charlie le gusta Vanessa ~
¡Que no! ¿Cómo va a gustarme alguien a quien acabo de conocer? Además, no he podido habar con ella aún…
Pero no veas cómo la miras, qué bonito es el amor.
Cállate ya.
¡Maltrato, eso es maltrato!
I DON’T CARE
I LOVE IT
Además, ¿cómo me acerco a ella?
Por detrás, vas y… ¡Pumba!
-¡Idiota! ¡Eres un pervertido!
-Ch-Charlie, n-nos está mirando todo el mundo…
-¡N-No me importa!- gritó más alto, con un rubor aún mayor.
Flarge se levantó de la silla adelantándose a Charlie y salió corriendo por los pasillos perseguido por su amigo, que no dejaba de gritarle.
-Qué par…- Brad organizó las tareas y materiales que habían dejado por la mesa con el mayor sigilo posible y después continuó con su lectura.

Aquellos dos chicos… Eran tan graciosos juntos, ¿y la forma de saltar del rubio así de repente? A saber de qué hablaban, no es que fuese una cotilla pero… Le gustaba saber. Así que cogió la notita del suelo y la leyó, no pudo evitar ruborizarse en la parte final y sonreír al ver que había llamado la atención del que se llamaba Charlie. 

jueves, 1 de agosto de 2013

Capítulo 2

Yo te reclamé antes, sí, a gritos ahogados, pero de cualquier manera, me ignoraste…

12:00 / Reunión de estudiantes / Salón de actos de Kiderman
Allí estaban todos los nuevos alumnos reunidos, dándose empujones por ver qué tipo de horario les correspondía, charlando con otros y haciendo nuevas amistades, intentando organizar sus cabezas para poder orientarse, empañando con el aliento el cristal que protegía el mapa de la escuela debido al pequeño tamaño de la letra, y la gente impaciente por saber qué ocurría ahora.
Había bastante material con el que trabajar, gente inocente, gente que debía ser vigilada con sumo cuidado, personas que terminarían desechando sin remordimiento en el caso de que algo saliera mal.
-¡Muy bien! ¡Mis queridos alumnos! ¡Tenéis uuuna gran oportunidad!- todas las miradas se dirigieron hacia aquella mujer, ¿esa era la directora? Parecía bastante joven, menos por su grisácea piel. Daba miedo. Se notaba que cuidaba su pelo, era largo, demasiado largo, a pesar de que llevase un cuidadoso recogido, éste llegaba hasta la altura de las rodillas.- ¡Tenéis un don!
-Parecemos el Distrito 12[1]…- murmuró inocentemente la joven, alzando las cejas al sentir cómo su negro gato se posaba en su hombro.
-¡Bienvenidos a Kiderman!
-Y que la suerte esté siempre de vuestra parte.[2]- completó la de su lado en una risita, susurrando, como si tuviera miedo de ser oída por la directora, a pesar de que ésta estuviera subida en un escenario, y ellas abajo.
-Supongo que muchos sabréis por qué estáis aquí. Todo esto es magia.- anunció la mayor, ilusionada, como si hubiera estado preparando aquel discurso años, que seguramente odiaba recitar cada año, pero se sintiera orgullosa de él.- ¡Todos rebosáis magia! Pero creo que sería mejor que todo esto os lo explicase alguien más semejante a vosotros que yo.- dijo, para después dejar que uno de los alumnos de cursos superiores subiera a hablar y hablar.
No es que lo que contase fuera aburrido (tipo de aulas, horarios, actividades fuera de los planes escolares, salidas en algunas ocasiones, y ese tipo de cosas), pero un albino tan moreno llamaba más la atención que la explicación de las asignaturas, ¡pero realmente albino! Y de un atractivo para algunas chicas irresistible. ¡Ojos dorados! ¡Y esa voz tan suave! Era imposible que las típicas fangirls no babeasen.
-Ese chico…- Abril entornó los ojos con una expresión seria, que casi mostraba odio, fijándose en pelo azul Dhian. Sabía que lo había visto otras veces, ¿pero dónde?
-¿Buscas a alguien, Abril?- preguntó Vanessa en susurros, al lado de la morena, siguiendo su vista.- Con que es eso, eh.
Abril asintió y se encogió de hombros, de haber sido Brad o Byron seguro que se habrían liado allí a gritos como de costumbre.
-Es sólo que me parece haberlos visto en otro sitio.- explicó, señalando a los hermanos.
El sex symbol terminó su explicación y cuando Ludivine dio orden para marcharse todos los alumnos provocaron una marea de personas en la que se volvía a lo mismo de antes.
-Será mejor que miremos el horario y nos vayamos enseguida.- sentenció un chico, que se encontraba al lado de Vanessa, al cual no le faltó tiempo para cogerla de la mano e ir a buscar la tabla de horarios.
-¿De dónde ha salido este?- pensó Abril, con una confusión a la que no le prestó atención.- No importa…
-¿No vas a mirar el horario?
-¿Eh?- Abril giró la cabeza y se topó con esos verdes ojos desafiantes. ¿Pero dónde demonios lo había visto? Diamante asomó la mirada por encima del hombro de Dhian y frunció el ceño.- Un honor conocerla, princesa Bleak.- la morena dibujó en sus labios una sonrisa de lado, hablando con un tono forzado de ilusión que pretendía que se dieran cuenta de su claro sarcasmo, mostrando indiferencia, pero a la vez intentando hacer saber que no le importaba en qué puesto social estuviera, jamás mostraría cortesía ante una persona como ella. La había visto en El Torneo. La verdad es que sabía pelear, y muy suciamente.
-Señorita Sizeable. Me sorprende encontrarla aquí. Qué pena que no pudiéramos hablar en el vagón.- contestó la de pelo azulado, quedándose a la altura de su hermano.
-Sí, espero que lo hubieras pasado bien con Arlette y los demás. Sin olvidar a mi hermano claro. Y ahora, si me disculpa.- Abril dio media vuelta y se dirigió hacia la tabla de horarios.

14:30 / Hora de la comida / Comedor principal de Kiderman
-¿El club de fútbol? Qué típico, ¡yo prefiero el de tenis!
-¿Se apuntará gente al de baloncesto? No creo que triunfe mucho.- dijo Caroline, encogiéndose de hombros.
-¡Qué más da! ¡Incluso hay natación! ¿Os lo podéis creer?- a Nathalie le costaba hacerse a la idea de que allí hubiera una piscina cubierta, o algo por el estilo. En realidad era difícil creer que en aquel lugar hubiese zonas dedicadas a cierto deportes a juzgar por el decorado gótico-medieval del edifico.
-Sí, bueno. ¿Por qué no nos metemos las cuatro a baile o arte?
-Menudas estáis hechas…- refunfuñó Dhian, jugando con el tenedor dentro de su vaso, entreteniéndose moviendo los hielos con la parte que no pinchaba.
-Bueno, nosotras no nos pasaremos medio día con el skateboard o haciendo parkour[3].- espetó Diamante, a punto de comenzar una guerra con su hermano.
Los demás que ocupaban la mesa les miraban de reojo, sin suspender sus conversaciones. Uno de ellos guardó su cuaderno de dibujo, con un tanto de miedo al mancharlo y se metió el lapicero de grafito en la deportiva, miró a su pelirrojo amigo inseguro, como si tuviera miedo de que aquel grupo de amigas (y un chico) les comiese a todos en cualquier momento.
-F-Flarge…
-Traaaaaaanquilo, Charles.- Flarge puso la mano sobre la cabeza de su amigo y sonrió, como si fuera un niño pequeño.- Pronto conocerás más gente.
-Seme[4]…- murmuró Vanessa, sentada frente a ellos, mirando a Flarge, mientras masticaba parte de un sándwich vegetal.- Muy seme…

-¿No vas a comer?- la mirada de Brad se fijó en la bandeja de su hermana, prácticamente vacía.
- Regla número 5: No temas jamás a los extraños. Pero tampoco confíes no ellos, no tomes lo que no sea tuyo, y no abuses de lo que te ofrezcan. No son nosotros… ¿lo prefieres dicho de otra manera?- preguntó Abril, que al parecer no había terminado de recitar de memoria aquellos versos que la enseñaron cuando era pequeña, que le metieron en la cabeza. Brad la miró con el ceño fruncido.
-Captada la indirecta, Abril, pero come algo o sospecharán de que no somos humanos.- susurró Brad, pasándole una manzana en un suspiro.- Es roja, ¿te gustan las rojas, no?
-Yeeeh…- la morena tomó la manzana, comenzó a morderla sin mostrarse ilusionada con ella y empezó a olisquear la sala. Allí había una gran variedad de especies, todo se hacía tan raro, y su nariz no estaba acostumbrada, estaba haciendo un gran esfuerzo por no quejarse por el mareo o el dolor de cabeza.

21:40 / Hora de la cena / Comedor de Kiderman
-Esto es horrible, en una de las clases me han lanzado una rana al pelo, ¡una rana!- Arlette se sentó de golpe en el banco, las primeras clases no habían sido nada del otro mundo, pero al parecer sí algo moviditas.
-¡Ha estado genial!- Luka soltó una carcajada.
-Una… rana…- Byron alzó una ceja y sonrió de lado.- Bueno, podría haber sido peor.- dijo él, masticando a la vez.- Una lagartija, o una culebra.
-¡Luka! ¡No me hace la más mínima gracia! ¡Byron cállate!- Arlette se ruborizó de vergüenza.
-¡Pues a mí sí me la hizo!- respondió la otra, entre carcajadas e incluso lágrimas.- ¡Ha sido épico!

-…Esto es asqueroso.- comentó Meiko, removiendo la comida con el tenedor, quien recibió un maullido de apoyo por parte de Caroline.
-Si no lo queréis no os lo comáis.
El grupo de amigas miró a la morena, ¿les estaba hablando a ellas? ¡Quién se creía que era!
-¿Vas a ser molesta aquí también?- Diamante la miró con el ceño fruncido. Abril suspiró.
-Eres… bastante cargante.- la morena tomó aire de nuevo.- Te va a costar un tanto adaptarte.
-¿C-Cómo has dicho…? ¿Cargante?- la peli-azul explotó de golpe.- ¡¿Sabes con quién estás hablando?! ¡Maldita Sizeable! ¡Soy tu superior!- la chica de coletas se levantó de golpe, de no haber sido por aquella mesa que las separaba habría sido capaz de iniciar una pelea allí mismo.
-Eh, Diddy, no pierdas la calma.- Meiko tiró de la camiseta de ella, pero no hizo caso, ya que Abril seguía picándola.
-Superior, me tomarás el pelo.- dijo, alzando una ceja- Los Sizeable superamos a cualquier Bleak, al igual que las demás familias, y especies.- Abril miró a Caroline de arriba abajo.- Incluso la gata.
Ante aquellas palabras la peli-azul sonrió de lado.
-Bueno, si así es no te importará demostrarlo, ¿verdad?
Aquellos que rodeaban a las chicas se callaron, la mayoría se conocían entre ellos, o lo harán, mejor dejémoslo en que son los personaje de la historia los que están a su alrededor.
-Cuando quieras.- la morena se encogió de hombros, era segura, demasiado, algo que no le convenía siempre.
-Ah, ¿y qué te parece esta noche? ¿Conseguirás engañarme?
Engañar a la ilusionista, un reto demasiado tentador que no pudo negar. Diddy jugaba con tus sentimientos simplemente con imágenes o tan sólo simples palabras, desde pequeña su madre la había enseñado a meterse en la mente de las demás personas, manipuladoras como ellas solas.

23:00 / Luces fuera / Comedor de Kiderman
Ambas se miraron desde los extremos de la sala, eran unas verdaderas idiotas, y lo sabían, pero Diddy iba a demostrar que un Sizeable era penoso incluso fuera de un terreno, y Abril se había decidido a enseñarle una lección aun sabiendo que era imposible, podría haberse negado y al menos no quedar mal, pero la mismísima prestidigitadora le había propuesto intentar jugar con ella.
-La primera que caiga pierde.
-Eso ya era obvio.- refunfuñó la morena en la oscuridad. Lo único que las iluminaba eran los pequeños rayos de luz blanca que se colaban por los grandes arcos.
-Literalmente, astuta Sizeable, si empiezas así terminarás mal. La primera en rozar el suelo involuntariamente fracasa.
-Ahá, ¿alguna norma más aparte de esa y no destrozar nada?- preguntó Abril, con indiferencia.
-Nada más.- la peli-azul se colocó el flequillo malamente, y después sonrió de lado poniendo las manos en la cintura- Ah, sí. No llores.
¿Que no llorase? ¿Qué quería decir con eso?
Ya podían comenzar, el primer movimiento de Abril fue agacharse, preparada a recibir algún tipo de golpe que en cualquier caso esquivaría dando un gran bote, el primero de Diamante fue el de labios, estaba claro que ella ganaría aquella batalla.
-Y bien, astuta Sizeable, ¿dónde está Aly? Ya sabes, tu hermana pequeña, no tenemos noticias de ella desde hace un año.




[1] Referencia al momento de La Cosecha en el libro de Suzanne Collins, Los Juegos del Hambre, debido al supuesto parecido entre Effie Trinket y Ludivine.
[2] Frase de Effie, personaje de dicho libro.
[3] Parkour: Disciplina de origen francés que consiste en desplazarse en cualquier entorno, usando las habilidades del propio cuerpo.
[4] Seme: Aquel que “lleva las riendas de una relación”.

viernes, 19 de abril de 2013

Capítulo 1


-¡Eres muy cruel! ¡Eres realmente cruel!- replicó ella sollozando, e intentando ocultar su rostro tras su antebrazo con el propósito de que se secasen sus lágrimas y los demás no vieran cómo lloraba y se quejaba.- ¡No tienes ni idea de lo duro que es para mí! ¡Y-Yo no lo sabía!- se dejó caer de rodillas al suelo y se apoyo en él con ambas manos, dejando visible su cara.
-¡Yo sólo te digo la verdad!- se defendió el moreno, indispuesto a ser ahora el malo de la película.
-Parad ya… ¡Parad ya de discutir!
-A…
-Acamparemos aquí.- le interrumpió antes de que dijera nada.


8:29 / Vagón 37
-¡Lo conseguimos Byron! ¡Llegamos a Kiderman!- exclamó la chica con ilusión, admirando el paisaje nevado.- Aunque espero que haya playa por aquí…- murmuró cubriendo parte de sus labios con el “puño pensativo”, como ella lo llamaba.
-Yo a el estar aquí sentado no le considero algo especial.- reconoció Byron, dibujando una sonrisa de lado que mostraba cierta vergüenza por la inmadurez de su amiga, que, pese a tener doce años, también estaba poco desarrollada en otros sentidos.
-Cierto, Arlette, ¿qué es lo que te pone tan contenta? Esto es como un internado, sólo que de mucha gente, ¿no echarás de menos tú cama caliente?- preguntó el castaño, con una pizca de burla en sus ojos.
-¡Podremos conocer nuevas personas! Y no seremos un grupo de cinco, pronto seremos más.- Arlette se giró hacia la morena del grupo y sonrió, en definitiva no había captado aquel chiste verde por parte de su querido amigo.- ¿No te parece emocionante, Abril?
-Dé-ja-me.- gruñó ella, recostada en el sillón, aparentando que tenía sueño e intentaba dormirse cuando en realidad se limitaba a mirar con la rapidez con la que caían los copos de nieve debido a la fuerte ventisca que se había formado tiempo antes de comenzar el viaje.
-Gaaah, ¡eres una borde!- rechistó Arlette como un niño pequeño que quiere jugar con aquel mayor que no le hace caso.
-¡Gaaah!- repitió Abril, girándose hacia Arlette.- ¡Te pareces a la mismísima Ellen![1]
-Es como casa.- sonrió el castaño, haciendo que la mirada de Abril se fijara en él.- ¿No te parece?
-Para nada.- espetó ella, para después levantarse dispuesta a irse a alguna cabina vacía.
-Si ves a Luka…- comenzó Arlette.- Pídele que venga, por favor.
-Hai…- gruñó la morena, para después cerrar las cortinas que cumplían la función de una puerta.
-Mmmh… Si no la hubiéramos forzado a levantarse…- comenzó Byron.
-No importa, nunca dormimos.- afirmó Brad sonriendo, intentando que hubiera sonado como un consuelo.- Es su carácter, además, es mejor soportarla que perder la posibilidad de hacer magia, ¿no?

8:37 / Vagón 26
-Yo soy Diamante, encantada. Pero si gustas puede llamarme Diddy.
Diamante Bleak, puede que una de las personas más poderosas de aquel desgastado tren, princesa de una región, elegida para heredar todo lo que sus padres dejaran, y lo peor y mejor de todo, hermana de un bastardo al que todos consideraban como el mismísimo hijo de ambos reyes, y el cual también estaba dispuesto a heredar todo lo que pudiera de su padre y aquella mujer.
-Mi nombre es Luka.- sonrió la chica de pelo verde, contenta de ver que no sólo ella y su hermano tenían la cabellera de un color no especialmente natural, ya que en aquellas dos personas lo primero que podía llamar la atención a simple vista eran sus melenas azules.- ¿Y tú eres…?- preguntó dirigiendo la mirada al chico.
-Dhian Bleak, su hermano.- Diddy le habría dirigido una mirada de odio de no ser que allí se encontraba Luka.
Dhian Bleak, el bastardo, ¿quién se creía que era para decir que eran hermanos cuando parte de su sangre estaba sucia? Disciplina era lo que le faltaba, se notaba que su padre había dejado que correteara por el castillo, jugara en la despensa con aquellas ratas y estuviera la mayor parte del tiempo en la calle, ya se había perdido más de una vez, y aún así seguía dejándole ir.
-¿Cómo se deletrea?- preguntó Luka, aquel nombre no le era familiar exactamente.
-De, hache, i, a, ene. Pero se pronuncia como si delante de la “i” hubiera una “a”, así que se convierten una “i griega”.- explicó él, haciendo gestos con las manos como si así fuera más fácil comprenderle.
-Mmh… Entonces, ¿cómo se pronuncia?- preguntó la de pelo verde de nuevo, aquella explicación la había liado aún más.
-Dayan, más o menos. Es difícil de decir.
-Yo también tengo un hermano. Su nombre es Byron.- Luka se levantó y se acercó a la cortina.- Creo que estaba en el vagón treinta y algo… ¡Seguro que se alegra de conoceros!
-Shoushi[2]... ¿Nunca maduraréis ninguna de las dos?- Abril apartó la cortina y se apoyó en la pared.
-Gaaah, ¡eres una borde!- rechistó Luka al igual que había hecho antes Arlette.
-En definitiva no.- se respondió a sí misma la morena.- Por cierto, Arlette te llama. Está en el 37, con los demás.
-Claro.- asintió Luka.- Os lo presentaré.- dijo mirando a los dos “hermanos”.- ¿Vienes tú también, Abril?
Ella negó y tras dejar que los demás salieran se tumbó sobre el sillón del compartimento, no tenía sueño alguno, pero cualquier tipo de viaje hacía que se sintiera cansada o la mareaba si el vehículo no era “bueno”.

8:45 / Vagón 59
-Sería una tontería no aprovechar el verano en esta academia.- dijo la de melena rubia-pelirroja, para después voltear un mechón de su pelo con la mano.- No hay cosas que hacer en verano, y no todo el mundo puede jugar a ser Harry Potter.
-Será como un campamento con exámenes y deberes.- se quejó la otra chica, acariciándose una de sus grandes orejas de gato.
-Pero así nos juntaremos con más humanos.- dijo la tercera, dispuesta a hacer amigos de cualquier tipo.- Y podremos observar su conducta, ¿no, Caroline?
-Claro, con total de que no observen la mía, ¿habrá muchos como yo por allí?
-Bueno, los humanos también tenemos nuestro punto de belleza.- masculló Nathalie.
Las cortinas se desplazaron y tras ellas apareció un chico, envidia de Nathalie y su pelo, que se vio superado por aquel rojo fuego con esos reflejos naranja que hacían que pareciera arderle la cabeza.
-¿Os importaría parar de armar tanto escándalo?- pidió él, con una de las telas en las manos, y mirándolas con el ceño fruncido, aunque con una expresión poco amenazadora.
-Contigo no va la cosa.- gruñó la tercera, que se levantó ondeando su cabellera morada como si estuviera dispuesta a hacer un concurso en el que se demostrara quién tenía el color de pelo más extraño.
-Menudas bordes.- rechistó el chico, para después cerrar la cortina y volver a su compartimento.

8:57 / Vagón 60
-Qué desagradables.- se quejó de nuevo el pelirrojo dejándose caer en el asiento.
-Vamos Flarge, seguro que encontramos gente más…- comenzó titubeando el rubio, a la vez que jugaba con sus dedos.
-¿Amable?- preguntó Flarge, terminando así la frase. Su compañero asintió.- Supongo que sí…
-Disculpad…- una chica abrió la cortina con más delicadeza que vergüenza y mostró la cabeza mientras sonreía con timidez.- ¿Están todos los huecos ocupados?
-P-Para nada.- tartamudeó Flarge, mirando a la chica más rojo que su pelo, puede que sí que hubieran personas más agradables.
-¡Alice! ¡Aquí Alice!- gritó ella, moviendo su brazo en el aire. Se sentó en uno de los sitios libres y esperó a que apenas dos segundos después entrara su amiga.- ¿Cómo lo has hecho? Si estabas al final del pasillo…
-Ya, bueno.- rió la “incorporada” sentándose al lado de su amiga.- Soy muy rápida, ya sabes.- se dirigió hacia los dos chicos y sonrió- Mi nombre es Alice, Alice Nippy. ¡Encantada!- exclamó para terminar con una sonrisa aún mayor.
-Y yo soy Hellen. Hellen… Ah, sí, Hellen Wave.
Hellen Wave y Alice Nippy, nada fuera de lo normal, dos hijas de humanos normales y corrientes y amigas desde la infancia. Alice toca el bajo desde que es consciente de sus actos y Hellen hacía poco que empezó con la batería, sólo porque a su amiga le hacía ilusión intentar montar una banda, aunque fuera de dos, ella estaba segura de que encontrarían a más integrantes.
Lo que en verdad ama Hellen es la pintura, y cocinar, cocinar postres sobre todo era algo le gustaba, y más aún a Alice, que era la que los probaba. Aunque lo mejor de todo era jugar con su don, desde pequeña hacía volar las cosas con suerte, asustando a sus padres o a cualquiera que pasara por el lugar. Otra prueba de que ella, no era tan normal como todos creían.

10:25 / Bosque
-¡Gaaah! ¡Borde, borde, borde!- le gritaron Luka y Arlette al unísono, como si llevaran practicándolo meses.
-Dejadme en paz.- pidió Abril tras soltar un gruñido de lobo.- ¡No creo que os gustase desaparecer de la faz de la Tierra!- gritó ella para después comenzar a andar aún más deprisa.
-Esa chica es realmente tsundere.- comentó una pequeña voz, que provenía de un poco más atrás.
-Esa chica es realmente histérica.- afirmó Diddy, de brazos cruzados.
-Esa chica es realmente compleja.- dijo Brad, intentando defender a su hermana.- Seguro que se calma, es sólo que se ha olvidado de tomarse la pastilla de… de… ¡la pastilla!
-Aquí no habrá gente normal…- aseguró la de pelo azul, alzando una ceja.
-Seeeeh, también había otras tres histéricas en un vagón.- respondió Flarge, mirando a esas supuestas tres histéricas.
-¡La pastilla!
-¡No llames histérica a Meiko si no quieres verte la cara con ella!- gritó la de pelo morado señalándose a sí misma con el pulgar.
-¿Un aplauso?- preguntó Flarge, con los brazos cruzados.
-Brazos cruzados, sinónimo de defensa… Puede que no sea tan valiente como se muestra…- murmuró otra suave voz, distinta a la anterior que mascullaba.
-¡Ni se te ocurra faltarle al respeto a Meiko!- gritó Caroline como solía hacerle a los soldados o criados, aún acostumbrada a que la obedecieran en cualquier momento.
-¡A mí no me llames histérica, yo no te hice nada!- gritó Nathalie.
-¿Y cuál es el nombre de la histeria personificada?- preguntó Dhian con un movimiento de flequillo, dirigiéndose hacia Arlette.
-Mmmh… ¿Por qué no le preguntas tú mismo? ¡Eres el primer chico que se fija en ella, seguro que…!- Brad le tapó la boca a Arlette y la mantuvo como pudo, ya que la castaña no dejaba de revolverse.
-Puede que sea maja.- suspiraron Alice y Hellen a la vez, encogiéndose de hombros.
-¡Tienes razón!- exclamó Arlette, que le había mordido la mano a Brad con total de soltarse.
-Será mejor que empecemos a caminar antes de que los demás se vayan y nos dejen atrás.- comentó Diamante, que de inmediato fue seguida por los demás.- Esto será divertido…

10:48 / Habitación 35 C
-Baka[3]-Desu…
-¡Yey, Abril!- exclamó Arlette, entrando por la puerta con una maleta en la que su propietaria podría caer perfectamente.
-¿Qué pasa?- preguntó Abril, para después alzar una ceja, sin entender qué quería su amiga.
-¡Menos mal que te he encontrado! Ya creía y todo que no podríamos estar juntas en la habitación.
-¿Y qué?- quiso saber la morena, de nuevo con ese tono borde que la caracterizaba, mientras se disponía a deshacer la maleta.
-Que… estaremos juntas… ¡Gaaah, te da igual!- gritó Arlette, haciéndose la ofendida.
-Aún faltan dos.- dijo, señalando las dos camas restantes.
-¡Pues aún mejor!
-… Ya…- suspiró Abril, para después continuar con lo que estaba haciendo.
-¿Y viste ya a algún chico mono?- preguntó la castaña, colocándose bien las coletas altas.
-Un chico mono… un chico mono…

-Mi nombre es Ventus, Ventus Breeze, pero me suelen llamar Ven.
-A mí me llaman Sizeable.- respondió, para después cruzarse de brazos. Aquel chico no empezaba con buen pie.
-¿Sizeable?- preguntó él.
-Ese es mi apellido.
-¿No lo ves un poco formal?

-Menudo imbécil…
-Con que sí, eh, ¡qué pronto comienzan los amoríos!
-Relaja la raja.- pidió la morena, mirando a su amiga.
-¿Cómo era? ¡Dime!
-… No te convienen los chicos malos.- avisó Abril, pero lo que hiciera Arlette no era problema suyo, al menos por ahora.- Era… un poco más alto que los demás. Su pelo es grisáceo, y sus ojos son azules, recuerdan un poco al viento. Va vestido de calle.
-¿Y cómo se llamaba?- quiso saber la castaña, aún más contenta a cada rato, de haber tenido ya su cola la estaría meneando cual perro alegre.
-Ventus Breeze…
-Thanks!- gritó Arlette, para después dar un rápido abrazo a su amiga y salir corriendo a buscar a aquel chico sin saber por dónde empezar.
-¡Arlette!- gruñó Abril.- ¡Baka…!
-Disculpa… ¿Está completa esta habitación?- preguntó una chica, asomando la cabeza por la puerta.- Es que… las demás por las que pasé ya están ocupadas.- la joven sonrió con vergüenza, como si hubiera hecho alguna trastada.
-No te preocupes, sobran dos camas.- dijo Abril, para después tirar una fina blusa sobre su cama recién salida de su maleta.- ¿De dónde ha salido esto?
-Es bastante bonita.- dijo la recién llegada, inclinándose sobre la cama de su “anfitriona”.- ¿Es tuya? No parece muy… de tu estilo.- murmuró mirándola de arriba abajo, no lo decía por su pelo oscuro ondulado y largo, ni por aquellas medias negras que cubrían sus piernas hasta las rodillas, o las converse rojas que parecían haber sido roídas por un ratón que no tenía más que comer. Sino por el aura que desprendía esa chica a primera vista.
Abril cogió la blusa y se la tendió, sabía perfectamente que era de Arlette, pero seguramente no se diese cuenta, ya que no utilizaría todo ese mogollón de ropa veraniega que había traído en aquel paisaje helado.
-Si te gusta, quédatela, no me importa.
-¿En serio?- la de ojos morados parecía insegura, pero terminó tomando la prenda con una gran sonrisa y confianza.- ¡Arigato[4]! Ettoo…
-Sizeable.- completó la morena, extrañada por su forma de agradecimiento.
-Mi nombre es Vanessa.- dijo, tendiéndole la mano a su nueva compañera.- ¡Un gusto!- exclamó alegre.
-Abril… Abril-Chan.- sonrío vergonzosamente la morena, aceptando el apretón.

Por fin habían llegado, iban a recomenzar, a volver a vivir, a dejar de correr, a tener un nuevo hogar. Y todo gracias a Brad. Gran parte de todo lo que sucedería en adelante, sería gracias a su querido hermano.



[1] Ellen: Personaje del videojuego para PC, “The Witch’s House”, lo único que conseguía decir era Gaaah, o cosas por el estilo, algo así como son los gemidos.
[2] Shoushi: Ridículo.
[3] Baka: Idiota.
[4] Arigato: Gracias.