jueves, 1 de agosto de 2013

Capítulo 2

Yo te reclamé antes, sí, a gritos ahogados, pero de cualquier manera, me ignoraste…

12:00 / Reunión de estudiantes / Salón de actos de Kiderman
Allí estaban todos los nuevos alumnos reunidos, dándose empujones por ver qué tipo de horario les correspondía, charlando con otros y haciendo nuevas amistades, intentando organizar sus cabezas para poder orientarse, empañando con el aliento el cristal que protegía el mapa de la escuela debido al pequeño tamaño de la letra, y la gente impaciente por saber qué ocurría ahora.
Había bastante material con el que trabajar, gente inocente, gente que debía ser vigilada con sumo cuidado, personas que terminarían desechando sin remordimiento en el caso de que algo saliera mal.
-¡Muy bien! ¡Mis queridos alumnos! ¡Tenéis uuuna gran oportunidad!- todas las miradas se dirigieron hacia aquella mujer, ¿esa era la directora? Parecía bastante joven, menos por su grisácea piel. Daba miedo. Se notaba que cuidaba su pelo, era largo, demasiado largo, a pesar de que llevase un cuidadoso recogido, éste llegaba hasta la altura de las rodillas.- ¡Tenéis un don!
-Parecemos el Distrito 12[1]…- murmuró inocentemente la joven, alzando las cejas al sentir cómo su negro gato se posaba en su hombro.
-¡Bienvenidos a Kiderman!
-Y que la suerte esté siempre de vuestra parte.[2]- completó la de su lado en una risita, susurrando, como si tuviera miedo de ser oída por la directora, a pesar de que ésta estuviera subida en un escenario, y ellas abajo.
-Supongo que muchos sabréis por qué estáis aquí. Todo esto es magia.- anunció la mayor, ilusionada, como si hubiera estado preparando aquel discurso años, que seguramente odiaba recitar cada año, pero se sintiera orgullosa de él.- ¡Todos rebosáis magia! Pero creo que sería mejor que todo esto os lo explicase alguien más semejante a vosotros que yo.- dijo, para después dejar que uno de los alumnos de cursos superiores subiera a hablar y hablar.
No es que lo que contase fuera aburrido (tipo de aulas, horarios, actividades fuera de los planes escolares, salidas en algunas ocasiones, y ese tipo de cosas), pero un albino tan moreno llamaba más la atención que la explicación de las asignaturas, ¡pero realmente albino! Y de un atractivo para algunas chicas irresistible. ¡Ojos dorados! ¡Y esa voz tan suave! Era imposible que las típicas fangirls no babeasen.
-Ese chico…- Abril entornó los ojos con una expresión seria, que casi mostraba odio, fijándose en pelo azul Dhian. Sabía que lo había visto otras veces, ¿pero dónde?
-¿Buscas a alguien, Abril?- preguntó Vanessa en susurros, al lado de la morena, siguiendo su vista.- Con que es eso, eh.
Abril asintió y se encogió de hombros, de haber sido Brad o Byron seguro que se habrían liado allí a gritos como de costumbre.
-Es sólo que me parece haberlos visto en otro sitio.- explicó, señalando a los hermanos.
El sex symbol terminó su explicación y cuando Ludivine dio orden para marcharse todos los alumnos provocaron una marea de personas en la que se volvía a lo mismo de antes.
-Será mejor que miremos el horario y nos vayamos enseguida.- sentenció un chico, que se encontraba al lado de Vanessa, al cual no le faltó tiempo para cogerla de la mano e ir a buscar la tabla de horarios.
-¿De dónde ha salido este?- pensó Abril, con una confusión a la que no le prestó atención.- No importa…
-¿No vas a mirar el horario?
-¿Eh?- Abril giró la cabeza y se topó con esos verdes ojos desafiantes. ¿Pero dónde demonios lo había visto? Diamante asomó la mirada por encima del hombro de Dhian y frunció el ceño.- Un honor conocerla, princesa Bleak.- la morena dibujó en sus labios una sonrisa de lado, hablando con un tono forzado de ilusión que pretendía que se dieran cuenta de su claro sarcasmo, mostrando indiferencia, pero a la vez intentando hacer saber que no le importaba en qué puesto social estuviera, jamás mostraría cortesía ante una persona como ella. La había visto en El Torneo. La verdad es que sabía pelear, y muy suciamente.
-Señorita Sizeable. Me sorprende encontrarla aquí. Qué pena que no pudiéramos hablar en el vagón.- contestó la de pelo azulado, quedándose a la altura de su hermano.
-Sí, espero que lo hubieras pasado bien con Arlette y los demás. Sin olvidar a mi hermano claro. Y ahora, si me disculpa.- Abril dio media vuelta y se dirigió hacia la tabla de horarios.

14:30 / Hora de la comida / Comedor principal de Kiderman
-¿El club de fútbol? Qué típico, ¡yo prefiero el de tenis!
-¿Se apuntará gente al de baloncesto? No creo que triunfe mucho.- dijo Caroline, encogiéndose de hombros.
-¡Qué más da! ¡Incluso hay natación! ¿Os lo podéis creer?- a Nathalie le costaba hacerse a la idea de que allí hubiera una piscina cubierta, o algo por el estilo. En realidad era difícil creer que en aquel lugar hubiese zonas dedicadas a cierto deportes a juzgar por el decorado gótico-medieval del edifico.
-Sí, bueno. ¿Por qué no nos metemos las cuatro a baile o arte?
-Menudas estáis hechas…- refunfuñó Dhian, jugando con el tenedor dentro de su vaso, entreteniéndose moviendo los hielos con la parte que no pinchaba.
-Bueno, nosotras no nos pasaremos medio día con el skateboard o haciendo parkour[3].- espetó Diamante, a punto de comenzar una guerra con su hermano.
Los demás que ocupaban la mesa les miraban de reojo, sin suspender sus conversaciones. Uno de ellos guardó su cuaderno de dibujo, con un tanto de miedo al mancharlo y se metió el lapicero de grafito en la deportiva, miró a su pelirrojo amigo inseguro, como si tuviera miedo de que aquel grupo de amigas (y un chico) les comiese a todos en cualquier momento.
-F-Flarge…
-Traaaaaaanquilo, Charles.- Flarge puso la mano sobre la cabeza de su amigo y sonrió, como si fuera un niño pequeño.- Pronto conocerás más gente.
-Seme[4]…- murmuró Vanessa, sentada frente a ellos, mirando a Flarge, mientras masticaba parte de un sándwich vegetal.- Muy seme…

-¿No vas a comer?- la mirada de Brad se fijó en la bandeja de su hermana, prácticamente vacía.
- Regla número 5: No temas jamás a los extraños. Pero tampoco confíes no ellos, no tomes lo que no sea tuyo, y no abuses de lo que te ofrezcan. No son nosotros… ¿lo prefieres dicho de otra manera?- preguntó Abril, que al parecer no había terminado de recitar de memoria aquellos versos que la enseñaron cuando era pequeña, que le metieron en la cabeza. Brad la miró con el ceño fruncido.
-Captada la indirecta, Abril, pero come algo o sospecharán de que no somos humanos.- susurró Brad, pasándole una manzana en un suspiro.- Es roja, ¿te gustan las rojas, no?
-Yeeeh…- la morena tomó la manzana, comenzó a morderla sin mostrarse ilusionada con ella y empezó a olisquear la sala. Allí había una gran variedad de especies, todo se hacía tan raro, y su nariz no estaba acostumbrada, estaba haciendo un gran esfuerzo por no quejarse por el mareo o el dolor de cabeza.

21:40 / Hora de la cena / Comedor de Kiderman
-Esto es horrible, en una de las clases me han lanzado una rana al pelo, ¡una rana!- Arlette se sentó de golpe en el banco, las primeras clases no habían sido nada del otro mundo, pero al parecer sí algo moviditas.
-¡Ha estado genial!- Luka soltó una carcajada.
-Una… rana…- Byron alzó una ceja y sonrió de lado.- Bueno, podría haber sido peor.- dijo él, masticando a la vez.- Una lagartija, o una culebra.
-¡Luka! ¡No me hace la más mínima gracia! ¡Byron cállate!- Arlette se ruborizó de vergüenza.
-¡Pues a mí sí me la hizo!- respondió la otra, entre carcajadas e incluso lágrimas.- ¡Ha sido épico!

-…Esto es asqueroso.- comentó Meiko, removiendo la comida con el tenedor, quien recibió un maullido de apoyo por parte de Caroline.
-Si no lo queréis no os lo comáis.
El grupo de amigas miró a la morena, ¿les estaba hablando a ellas? ¡Quién se creía que era!
-¿Vas a ser molesta aquí también?- Diamante la miró con el ceño fruncido. Abril suspiró.
-Eres… bastante cargante.- la morena tomó aire de nuevo.- Te va a costar un tanto adaptarte.
-¿C-Cómo has dicho…? ¿Cargante?- la peli-azul explotó de golpe.- ¡¿Sabes con quién estás hablando?! ¡Maldita Sizeable! ¡Soy tu superior!- la chica de coletas se levantó de golpe, de no haber sido por aquella mesa que las separaba habría sido capaz de iniciar una pelea allí mismo.
-Eh, Diddy, no pierdas la calma.- Meiko tiró de la camiseta de ella, pero no hizo caso, ya que Abril seguía picándola.
-Superior, me tomarás el pelo.- dijo, alzando una ceja- Los Sizeable superamos a cualquier Bleak, al igual que las demás familias, y especies.- Abril miró a Caroline de arriba abajo.- Incluso la gata.
Ante aquellas palabras la peli-azul sonrió de lado.
-Bueno, si así es no te importará demostrarlo, ¿verdad?
Aquellos que rodeaban a las chicas se callaron, la mayoría se conocían entre ellos, o lo harán, mejor dejémoslo en que son los personaje de la historia los que están a su alrededor.
-Cuando quieras.- la morena se encogió de hombros, era segura, demasiado, algo que no le convenía siempre.
-Ah, ¿y qué te parece esta noche? ¿Conseguirás engañarme?
Engañar a la ilusionista, un reto demasiado tentador que no pudo negar. Diddy jugaba con tus sentimientos simplemente con imágenes o tan sólo simples palabras, desde pequeña su madre la había enseñado a meterse en la mente de las demás personas, manipuladoras como ellas solas.

23:00 / Luces fuera / Comedor de Kiderman
Ambas se miraron desde los extremos de la sala, eran unas verdaderas idiotas, y lo sabían, pero Diddy iba a demostrar que un Sizeable era penoso incluso fuera de un terreno, y Abril se había decidido a enseñarle una lección aun sabiendo que era imposible, podría haberse negado y al menos no quedar mal, pero la mismísima prestidigitadora le había propuesto intentar jugar con ella.
-La primera que caiga pierde.
-Eso ya era obvio.- refunfuñó la morena en la oscuridad. Lo único que las iluminaba eran los pequeños rayos de luz blanca que se colaban por los grandes arcos.
-Literalmente, astuta Sizeable, si empiezas así terminarás mal. La primera en rozar el suelo involuntariamente fracasa.
-Ahá, ¿alguna norma más aparte de esa y no destrozar nada?- preguntó Abril, con indiferencia.
-Nada más.- la peli-azul se colocó el flequillo malamente, y después sonrió de lado poniendo las manos en la cintura- Ah, sí. No llores.
¿Que no llorase? ¿Qué quería decir con eso?
Ya podían comenzar, el primer movimiento de Abril fue agacharse, preparada a recibir algún tipo de golpe que en cualquier caso esquivaría dando un gran bote, el primero de Diamante fue el de labios, estaba claro que ella ganaría aquella batalla.
-Y bien, astuta Sizeable, ¿dónde está Aly? Ya sabes, tu hermana pequeña, no tenemos noticias de ella desde hace un año.




[1] Referencia al momento de La Cosecha en el libro de Suzanne Collins, Los Juegos del Hambre, debido al supuesto parecido entre Effie Trinket y Ludivine.
[2] Frase de Effie, personaje de dicho libro.
[3] Parkour: Disciplina de origen francés que consiste en desplazarse en cualquier entorno, usando las habilidades del propio cuerpo.
[4] Seme: Aquel que “lleva las riendas de una relación”.