sábado, 28 de septiembre de 2013

Capítulo 3

7:30 / Hora del desayuno / Despacho de Ludivine
Amaneció, bueno, entre comillas, pero las tres jóvenes ya estaban en pie con sus respectivos uniformes y totalmente arregladas, e incluso peinadas. Diamante se había hecho sus dos coletas, Abril se había recogido el pelo en una coleta alta que dejaba escapar algunos mechones y había organizado un poco su flequillo con horquillas, y aquella otra chica … Qué bien olía, sí, también tenía sus rubias capas peinadas, que contrastaban con las negras cejas, pero… ¿de verdad podía ser ese su olor corporal? Fuera como fuese, a su pequeño gato negro, que dormía en su regazo mientras era acariciado,  parecía agradarle.
La directora bajó las manos y abrió los ojos, al parecer ya había meditado lo suficiente, aunque en realidad eran aquellas niñas quienes debían hacerlo. Tras unos cinco minutos pensando, ya se le había ocurrido su castigo, lo más probable es que se lo pensasen dos veces antes en futuro salir a merodear por la escuela fuera de los horarios que les correspondía a cada una.
-¿Podéis explicarme qué hacíais fuera de vuestras habitaciones?- preguntó Ludivine, en un tono serio, demostrando que también podía ser muy formal.- Bleak, Sizeable, hablad.
-Y bien, astuta Sizeable, ¿dónde está Aly? Ya sabes, tu hermana pequeña, no tenemos noticias de ella desde hace un año.
Maldita Bleak, presumiendo de su poder.
-¡Por lo menos no hay ningún bastardo en la familia! Además de que todos estemos limpios, ¡ningún impuro tomará el mando!
Miserable Sizeable, recordándole con quién compartía sangre.
-¿Y bien?- insistió la mujer.
-¡Yo salí porque Blacky se escapó!- interrumpió la rubia, salvando así a las otras dos chicas, o al menos dándolas tiempo a pensar algo.- ¡Salió corriendo de pronto! Pero en verdad no quería hacer nada, ni siquiera sé cómo pudo irse de la habitación con la puerta cerrada, creo que algo la abrió o tal vez el viento la desplazaría, ¡pero prometo que no volverá a pasar nada parecido!
Diamante y Abril se miraron, ambas con el ceño fruncido, sin ganas de colaborar, pero una debía ayudar a la otra sí o sí, y rápido.
-Bueno.- la de pelo azul fue quién tomó la palabra, bastante decidida a arriesgarse.- En realidad a usted no le interesa por qué estábamos fuera, pero se ve obligada a preguntar. Estamos muertas de hambre y tenemos sueño, díganos el castigo y así terminamos antes.
Las dos chicas se quedaron mirando a Diamante, en definitiva tenía que saber qué estaba haciendo, porque hablarle así a Ludivine, o más bien la propia directora, era un gran acto de valor y coraje, o quizá de escasa cordura, como quisieras interpretarlo.
-Muy bien.- Ludivine señaló primero a Diamante.- Tú limpiarás el comedor.- después a la rubia.- Tú todas las aulas de la segunda planta. Y tú…- la mujer miró a Abril, en la tercera planta no había mucho que limpiar, y en la cuarta tan sólo se almacenaban cosas, la quinta servía para las reuniones, y era mejor no hablar de la sexta.- Tú te encargarás de todo el exterior.
Abril abrió los ojos sorprendida, ¿todo el exterior? ¡Moriría entre trapos! ¿Y por qué ella todo el exterior y no otras plantas? ¡Eso era una injusticia! ¡O al menos que la ayudasen!
-Podéis ir a desayunar.- anunció la directora, volviendo a unir los dedos de las manos para después apoyarse sobre estos.- El castigo dura una semana, así que espero que os lo penséis bien la próxima vez.

Las tres chicas bajaron al comedor entre miradas de fastidio silenciosas, bueno, en realidad la rubia acariciaba a su gato mientras las otras dos luchaban contra sí mismas por no empezar a gritarse.
-Yo soy Eyra.- la joven sonrió para después colocarse el gato a la espalda, como los piratas llevaban a los loros.- Eyra Blackcat.
Abril y Diamante se miraron y alzaron una ceja, para después presentarte también, aunque tan sólo tenían intenciones de llegar al comedor lo antes posible. Abril quería reunirse con su hermano, y Diamante contarlo todo sobre la noche anterior, obviamente exagerándola, e incluso inventándose la mayor parte con total de ensuciar el nombre de los Sizeable y el propósito de quedar bien.

7:50 / Hora del desayuno / Comedor de Kiderman
Así que ahí estaba su hermana, daba igual, estaría bien con aquellas nuevas amigas que se había hecho al instante, se la veía bastante divertida con ellas, aunque su arrogancia hubiese aumentado de una forma considerable por lo menos no estaba sola. Y él tampoco, no le había costado encontrarse su gremio, para ser honestos, todos los personajes de la historia van a estar juntos, así que, resumiendo, estaba con la mayoría de los chicos. Siempre le había gustado pertenecer a un grupo, cuando su padre le dejaba salía a jugar con los niños de la calle, por lo que pasaba en la plaza la mayor parte del día en realidad. Pero luego llegaron los entrenamientos y el primer Torneo.
-¡Pillad!
-¿Qué?
Charlie se las apañó para lanzarles una manzana a cada uno con ambas manos y sonrió al ver cómo Dhian salía de su mundo y hacía amaños sorprendido para cogerla sin que cayese al suelo rodándola por  su torso mientras que el chico flameante la había cogido al vuelo sin preocupación alguna.
-El señorito Bleak está en su mundo ~
Las cinco personas restantes se giraron hacia la que acababa de hablar, ¿y ese chico quién era…? No recordaban haberlo visto en ninguna clase, y parecía de su edad, debería estar en un horario diferente a todos los demás, ¿pero qué hacía acoplándose a ellos? ¿Y por qué demonios les conocía?
-¿P-Por qué me miráis así?- vaciló si mirar a la fila de la derecha o a la de la izquierda y bajó la mirada con timidez.- Creo que será mejor que me presente o al… ¡Pero si es un Sizeable!- el chico se inclinó sobre Brad mirándole con sus grandes y grises ojos ilusionado.- ¡No me lo puedo creer!
Charlie miró a Flarge, que se encontraba frente a él, sin saber muy bien qué estaba pasando allí, recibiendo una respuesta con gestos de manos que decían que después se lo explicaría, eso de venir del Mundo No-Mágico le dejaba un tanto fuera de lugar.
Dhian alzó las cejas al ver cómo el extraño se echaba sobre Brad tras haber dicho su apellido, sólo le faltaba mencionar al sexto acompañante para afirmar que pertenecía a algún lugar cercano a Kiderman.
-¿Nos… conocemos?- preguntó el castaño echándose disimuladamente un poco hacia atrás, molesto por la cercanía de aquel desconocido, los Sizeable eran conocidos, pero no por todos.
-¡Pues claro que sí!- rechistó como un niño pequeño dejándose caer de nuevo a su sitio.- ¡Os habéis olvidado de mí! ¡Cómo podéis haber hecho algo así!
-Yo no.- el sexto alzó la palma de la mano a la altura de su pecho a modo de saludo y sonrió.- Cómo me voy a olvidar de Jake.
-¡Jake!- gritaron Brad y Dhian a coro al acordarse de aquel chaval, dejando a Flarge y Charlie a un lado, cosa que no les importó, pues estaban cuchicheando desde hace rato.
-¡Lucas Hazard!- Jake se echó a sus brazos y se acurrucó en su pecho.- Lu-Cas~
¿Cómo podrían haberse olvidado de aquel chico? De Jake. Lo pasaban bien cuando se veían cada año, pero ya habían pasado… ¿cuánto tiempo? ¿Tres Torneos? Brad se levantó de su sitio y corrió a unirse al abrazo colectivo mientras Dhian les miraba sonriendo de lado, había algo familiar en aquella escena… Ya la había visto antes, en algún lugar de sus recuerdos se encontraba aquel abrazo, aquel sabor a manzana, el tintineo de la vajilla siendo utilizada, un olor a carne siendo preparada…
-¡Hey! ¡Heeeeey! ¡Chicos, no os habréis olvidado de mí! ¿Verdad?
-Yo no.- Lucas sonrió y correspondió al ataque-abrazo de Jake.
-Luuuucas, Lu-Cas~
-¡Jake!- el tercer niño se tiró sobre ellos también y rió.- Vamos, Dhian, únete tú también, ¡no seas malo!- refunfuñó como alguien de diez años, que, básicamente, él era ese alguien.
-¿Y-Yo? ¿Para qué?- le dio un bocado a la manzana que llevaba en la mano y apartó la mirada hacia los puestos de golosinas y dulces.- Podemos ir después a comprar algún regaliz o…
-¡Cállate!- Jake se soltó de Lucas y Brad y corrió hacia Dhian, para después lanzarse sobre él y abrazarlo con fuerza.
-P-Pero… t-tranquilo… N-No me ahogues, por favor.- pidió echando la cabeza hacia atrás para intentar coger aire.
Jake se separó de nuevo y miró a sus tres amigos sonriendo, les había echado bastante de menos, adoraba aquella época del año, grandes montañas de comida, bebidas de todos los sabores, el año pasado Lucas encontró una que sabía a uva, aunque era bastante oscura y tenía un olor un tanto amargo, pero según la etiqueta era esa fruta, así que se lo poco que bebió lo escupió al instante, rociando a los demás, ¿cómo se llamaba? ¿Vino? ¿Cómo podían tomar eso sus padres? Pero no era sólo bebida y comida, lo más importante de todo era el Torneo, venía gente de todo tipo sólo por competir, y todos eran muy buenos, aunque nunca pudiesen ver los Juegos de la Noche se conformaban con estar juntos los cuatro cada año, al fin y al cabo, lo único que les importaba en aquellos momentos era estar con sus amigos.

13:30 / Aula de alquimia
-¿No saben que estás aquí?
Negó y se cubrió medio rostro con el pañuelo que les habían dado para después seguir mezclando el contenido de cada tarro, esencia con materia, sustancia con elemento y todo saldría bien, o al menos la explosión sería pequeña. Desde el último castigo había empezado a tener más cuidado con lo que mezclaba en clases de alquimia y cómo debía pronunciar los hechizos, no le apetecía volver a quitar la nieve del primer tejado, ni caerse otra vez de él.
-¿Y por qué no dices nada? Son tus herm… ¡Mierda, las hojas de laurel!- se apresuró a coger dicho ingrediente y echó la cantidad que le correspondía en el caldero para después remover la mezcla como dictaba el libro.- Bueno, el orden de los factores no altera el producto… Supongo.
-Dudo que les apetezca mucho verme.
-¿Te puedes llevar bien conmigo que soy un Hazard y no con tu propia familia? Eso es muy tris…
-Nuestros hermanos pequeños se llevan bien, así que lo que acabas de decir no tiene mucho sentido.
-Bueno, pero… Después de la disputa entre familias no pensé que todo fuese a seguir así como así.
-William…- el chico se apartó el pañuelo y clavó sus castaños ojos en los iris oscuros y grisáceos de su amigo.- Vosotros os unisteis, y nosotros nos rompimos. Aunque los Sizeable sean amigos de los Hazard, nunca más lo seremos entre nosotros.

17:40 / Hora de estudios / Biblioteca
Siseó para llamar la atención de su amigo y después le tiró un trocito de papel, Charlie lo cogió y después dirigió la vista a Flarge, quien sonreía esperando a que abriese la notita, el hecho de estar en una biblioteca no les iba a impedir hablar.
Las rosas son rojas, las violetas son azules, ¿te gusta Vanessa?
¡¿Pero eso qué era?! Charlie le miró bastante ruborizado y respondió en el mismo papel, para después tirárselo.
¿Pero a qué viene eso ahora? Haz el favor y termina la tarea de idiomas que me tengo que copiar de alguien después.
Así que eso es un sí, ¡lo sabía~! A Charlie le gusta Vanessa, a Charlie le gusta Vanessa ~
¡Que no! ¿Cómo va a gustarme alguien a quien acabo de conocer? Además, no he podido habar con ella aún…
Pero no veas cómo la miras, qué bonito es el amor.
Cállate ya.
¡Maltrato, eso es maltrato!
I DON’T CARE
I LOVE IT
Además, ¿cómo me acerco a ella?
Por detrás, vas y… ¡Pumba!
-¡Idiota! ¡Eres un pervertido!
-Ch-Charlie, n-nos está mirando todo el mundo…
-¡N-No me importa!- gritó más alto, con un rubor aún mayor.
Flarge se levantó de la silla adelantándose a Charlie y salió corriendo por los pasillos perseguido por su amigo, que no dejaba de gritarle.
-Qué par…- Brad organizó las tareas y materiales que habían dejado por la mesa con el mayor sigilo posible y después continuó con su lectura.

Aquellos dos chicos… Eran tan graciosos juntos, ¿y la forma de saltar del rubio así de repente? A saber de qué hablaban, no es que fuese una cotilla pero… Le gustaba saber. Así que cogió la notita del suelo y la leyó, no pudo evitar ruborizarse en la parte final y sonreír al ver que había llamado la atención del que se llamaba Charlie.