7:30 / Hora del
desayuno / Despacho de Ludivine
Amaneció, bueno, entre comillas, pero las tres jóvenes ya
estaban en pie con sus respectivos uniformes y totalmente arregladas, e incluso
peinadas. Diamante se había hecho sus dos coletas, Abril se había recogido el
pelo en una coleta alta que dejaba escapar algunos mechones y había organizado
un poco su flequillo con horquillas, y aquella otra chica … Qué bien olía, sí,
también tenía sus rubias capas peinadas, que contrastaban con las negras cejas,
pero… ¿de verdad podía ser ese su olor corporal? Fuera como fuese, a su pequeño
gato negro, que dormía en su regazo mientras era acariciado, parecía agradarle.
La directora bajó las manos y abrió los ojos, al parecer ya
había meditado lo suficiente, aunque en realidad eran aquellas niñas quienes
debían hacerlo. Tras unos cinco minutos pensando, ya se le había ocurrido su
castigo, lo más probable es que se lo pensasen dos veces antes en futuro salir
a merodear por la escuela fuera de los horarios que les correspondía a cada
una.
-¿Podéis explicarme qué hacíais fuera de vuestras
habitaciones?- preguntó Ludivine, en un tono serio, demostrando que también
podía ser muy formal.- Bleak, Sizeable, hablad.
-Y bien, astuta
Sizeable, ¿dónde está Aly? Ya sabes, tu hermana pequeña, no tenemos noticias de
ella desde hace un año.
Maldita Bleak, presumiendo de su poder.
-¡Por lo menos no hay
ningún bastardo en la familia! Además de que todos estemos limpios, ¡ningún
impuro tomará el mando!
Miserable Sizeable, recordándole con quién compartía sangre.
Miserable Sizeable, recordándole con quién compartía sangre.
-¿Y bien?- insistió la mujer.
-¡Yo salí porque Blacky se escapó!- interrumpió la rubia,
salvando así a las otras dos chicas, o al menos dándolas tiempo a pensar algo.-
¡Salió corriendo de pronto! Pero en verdad no quería hacer nada, ni siquiera sé
cómo pudo irse de la habitación con la puerta cerrada, creo que algo la abrió o
tal vez el viento la desplazaría, ¡pero prometo que no volverá a pasar nada
parecido!
Diamante y Abril se miraron, ambas con el ceño fruncido, sin
ganas de colaborar, pero una debía ayudar a la otra sí o sí, y rápido.
-Bueno.- la de pelo azul fue quién tomó la palabra, bastante
decidida a arriesgarse.- En realidad a usted no le interesa por qué estábamos
fuera, pero se ve obligada a preguntar. Estamos muertas de hambre y tenemos
sueño, díganos el castigo y así terminamos antes.
Las dos chicas se quedaron mirando a Diamante, en definitiva
tenía que saber qué estaba haciendo, porque hablarle así a Ludivine, o más bien
la propia directora, era un gran acto de valor y coraje, o quizá de escasa
cordura, como quisieras interpretarlo.
-Muy bien.- Ludivine señaló primero a Diamante.- Tú
limpiarás el comedor.- después a la rubia.- Tú todas las aulas de la segunda
planta. Y tú…- la mujer miró a Abril, en la tercera planta no había mucho que
limpiar, y en la cuarta tan sólo se almacenaban cosas, la quinta servía para
las reuniones, y era mejor no hablar de la sexta.- Tú te encargarás de todo el
exterior.
Abril abrió los ojos sorprendida, ¿todo el exterior?
¡Moriría entre trapos! ¿Y por qué ella todo el exterior y no otras plantas?
¡Eso era una injusticia! ¡O al menos que la ayudasen!
-Podéis ir a desayunar.- anunció la directora, volviendo a
unir los dedos de las manos para después apoyarse sobre estos.- El castigo dura
una semana, así que espero que os lo penséis bien la próxima vez.
Las tres chicas bajaron al comedor entre miradas de fastidio
silenciosas, bueno, en realidad la rubia acariciaba a su gato mientras las
otras dos luchaban contra sí mismas por no empezar a gritarse.
-Yo soy Eyra.- la joven sonrió para después colocarse el
gato a la espalda, como los piratas llevaban a los loros.- Eyra Blackcat.
Abril y Diamante se miraron y alzaron una ceja, para después
presentarte también, aunque tan sólo tenían intenciones de llegar al comedor lo
antes posible. Abril quería reunirse con su hermano, y Diamante contarlo todo
sobre la noche anterior, obviamente exagerándola, e incluso inventándose la
mayor parte con total de ensuciar el nombre de los Sizeable y el propósito de
quedar bien.
7:50 / Hora del
desayuno / Comedor de Kiderman
Así que ahí estaba su hermana, daba igual, estaría bien con
aquellas nuevas amigas que se había hecho al instante, se la veía bastante
divertida con ellas, aunque su arrogancia hubiese aumentado de una forma
considerable por lo menos no estaba sola. Y él tampoco, no le había costado
encontrarse su gremio, para ser honestos, todos los personajes de la historia
van a estar juntos, así que, resumiendo, estaba con la mayoría de los chicos.
Siempre le había gustado pertenecer a un grupo, cuando su padre le dejaba salía
a jugar con los niños de la calle, por lo que pasaba en la plaza la mayor parte
del día en realidad. Pero luego llegaron los entrenamientos y el primer Torneo.
-¡Pillad!
-¿Qué?
Charlie se las apañó para lanzarles una manzana a cada uno
con ambas manos y sonrió al ver cómo Dhian salía de su mundo y hacía amaños
sorprendido para cogerla sin que cayese al suelo rodándola por su torso mientras que el chico flameante la
había cogido al vuelo sin preocupación alguna.
-El señorito Bleak está en su mundo ~
Las cinco personas restantes se giraron hacia la que acababa
de hablar, ¿y ese chico quién era…? No recordaban haberlo visto en ninguna
clase, y parecía de su edad, debería estar en un horario diferente a todos los
demás, ¿pero qué hacía acoplándose a ellos? ¿Y por qué demonios les conocía?
-¿P-Por qué me miráis así?- vaciló si mirar a la fila de la
derecha o a la de la izquierda y bajó la mirada con timidez.- Creo que será
mejor que me presente o al… ¡Pero si es un Sizeable!- el chico se inclinó sobre
Brad mirándole con sus grandes y grises ojos ilusionado.- ¡No me lo puedo
creer!
Charlie miró a Flarge, que se encontraba frente a él, sin
saber muy bien qué estaba pasando allí, recibiendo una respuesta con gestos de
manos que decían que después se lo explicaría, eso de venir del Mundo No-Mágico
le dejaba un tanto fuera de lugar.
Dhian alzó las cejas al ver cómo el extraño se echaba sobre
Brad tras haber dicho su apellido, sólo le faltaba mencionar al sexto
acompañante para afirmar que pertenecía a algún lugar cercano a Kiderman.
-¿Nos… conocemos?- preguntó el castaño echándose
disimuladamente un poco hacia atrás, molesto por la cercanía de aquel
desconocido, los Sizeable eran conocidos, pero no por todos.
-¡Pues claro que sí!- rechistó como un niño pequeño
dejándose caer de nuevo a su sitio.- ¡Os habéis olvidado de mí! ¡Cómo podéis
haber hecho algo así!
-Yo no.- el sexto alzó la palma de la mano a la altura de su
pecho a modo de saludo y sonrió.- Cómo me voy a olvidar de Jake.
-¡Jake!- gritaron Brad y Dhian a coro al acordarse de aquel
chaval, dejando a Flarge y Charlie a un lado, cosa que no les importó, pues
estaban cuchicheando desde hace rato.
-¡Lucas Hazard!- Jake se echó a sus brazos y se acurrucó en
su pecho.- Lu-Cas~
¿Cómo podrían haberse olvidado de aquel chico? De Jake. Lo
pasaban bien cuando se veían cada año, pero ya habían pasado… ¿cuánto tiempo?
¿Tres Torneos? Brad se levantó de su sitio y corrió a unirse al abrazo
colectivo mientras Dhian les miraba sonriendo de lado, había algo familiar en
aquella escena… Ya la había visto antes, en algún lugar de sus recuerdos se
encontraba aquel abrazo, aquel sabor a manzana, el tintineo de la vajilla
siendo utilizada, un olor a carne siendo preparada…
-¡Hey! ¡Heeeeey!
¡Chicos, no os habréis olvidado de mí! ¿Verdad?
-Yo no.- Lucas sonrió
y correspondió al ataque-abrazo de Jake.
-Luuuucas, Lu-Cas~
-¡Jake!- el tercer
niño se tiró sobre ellos también y rió.- Vamos, Dhian, únete tú también, ¡no
seas malo!- refunfuñó como alguien de diez años, que, básicamente, él era ese
alguien.
-¿Y-Yo? ¿Para qué?- le
dio un bocado a la manzana que llevaba en la mano y apartó la mirada hacia los
puestos de golosinas y dulces.- Podemos ir después a comprar algún regaliz o…
-¡Cállate!- Jake se
soltó de Lucas y Brad y corrió hacia Dhian, para después lanzarse sobre él y
abrazarlo con fuerza.
-P-Pero… t-tranquilo…
N-No me ahogues, por favor.- pidió echando la cabeza hacia atrás para intentar
coger aire.
Jake se separó de
nuevo y miró a sus tres amigos sonriendo, les había echado bastante de menos, adoraba
aquella época del año, grandes montañas de comida, bebidas de todos los
sabores, el año pasado Lucas encontró una que sabía a uva, aunque era bastante
oscura y tenía un olor un tanto amargo, pero según la etiqueta era esa fruta,
así que se lo poco que bebió lo escupió al instante, rociando a los demás,
¿cómo se llamaba? ¿Vino? ¿Cómo podían tomar eso sus padres? Pero no era sólo
bebida y comida, lo más importante de todo era el Torneo, venía gente de todo
tipo sólo por competir, y todos eran muy buenos, aunque nunca pudiesen ver los
Juegos de la Noche se conformaban con estar juntos los cuatro cada año, al fin
y al cabo, lo único que les importaba en aquellos momentos era estar con sus amigos.
13:30 / Aula de
alquimia
-¿No saben que estás aquí?
Negó y se cubrió medio rostro con el pañuelo que les habían
dado para después seguir mezclando el contenido de cada tarro, esencia con
materia, sustancia con elemento y todo saldría bien, o al menos la explosión
sería pequeña. Desde el último castigo había empezado a tener más cuidado con
lo que mezclaba en clases de alquimia y cómo debía pronunciar los hechizos, no
le apetecía volver a quitar la nieve del primer tejado, ni caerse otra vez de
él.
-¿Y por qué no dices nada? Son tus herm… ¡Mierda, las hojas
de laurel!- se apresuró a coger dicho ingrediente y echó la cantidad que le
correspondía en el caldero para después remover la mezcla como dictaba el
libro.- Bueno, el orden de los factores no altera el producto… Supongo.
-Dudo que les apetezca mucho verme.
-¿Te puedes llevar bien conmigo que soy un Hazard y no con
tu propia familia? Eso es muy tris…
-Nuestros hermanos pequeños se llevan bien, así que lo que
acabas de decir no tiene mucho sentido.
-Bueno, pero… Después de la disputa entre familias no pensé
que todo fuese a seguir así como así.
-William…- el chico se apartó el pañuelo y clavó sus
castaños ojos en los iris oscuros y grisáceos de su amigo.- Vosotros os
unisteis, y nosotros nos rompimos. Aunque los Sizeable sean amigos de los
Hazard, nunca más lo seremos entre nosotros.
17:40 / Hora de
estudios / Biblioteca
Siseó para llamar la atención de su amigo y después le tiró
un trocito de papel, Charlie lo cogió y después dirigió la vista a Flarge,
quien sonreía esperando a que abriese la notita, el hecho de estar en una
biblioteca no les iba a impedir hablar.
Las rosas son
rojas, las violetas son azules, ¿te gusta Vanessa?
¡¿Pero eso qué era?! Charlie le miró bastante ruborizado y
respondió en el mismo papel, para después tirárselo.
¿Pero a qué viene eso
ahora? Haz el favor y termina la tarea de idiomas que me tengo que copiar de
alguien después.
Así que eso es
un sí, ¡lo sabía~! A Charlie le gusta Vanessa, a Charlie le gusta Vanessa ~
¡Que no! ¿Cómo va a
gustarme alguien a quien acabo de conocer? Además, no he podido habar con ella
aún…
Pero no veas
cómo la miras, qué bonito es el amor.
Cállate ya.
¡Maltrato, eso
es maltrato!
I DON’T CARE
I LOVE IT
Además, ¿cómo me acerco a
ella?
Por detrás, vas
y… ¡Pumba!
-¡Idiota! ¡Eres un pervertido!
-Ch-Charlie, n-nos está mirando todo el mundo…
-¡N-No me importa!- gritó más alto, con un rubor aún mayor.
Flarge se levantó de la silla adelantándose a Charlie y
salió corriendo por los pasillos perseguido por su amigo, que no dejaba de
gritarle.
-Qué par…- Brad organizó las tareas y materiales que habían
dejado por la mesa con el mayor sigilo posible y después continuó con su
lectura.
Aquellos dos chicos… Eran tan graciosos juntos, ¿y la forma
de saltar del rubio así de repente? A saber de qué hablaban, no es que fuese
una cotilla pero… Le gustaba saber. Así que cogió la notita del suelo y la
leyó, no pudo evitar ruborizarse en la parte final y sonreír al ver que había
llamado la atención del que se llamaba Charlie.